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Writer's pictureIanna Luna

La fiebre de la recta final

Luego de casi treinta días abordo del Sarmiento de Gamboa, sus pasajeros empiezan a exhibir señales de un padecimiento curioso que he bautizado como la fiebre de la recta final, una enfermedad infecciosa que sufren todos los que llegan a puntos de inflexión críticos luego de estar en contacto con rosetas, Snowcatchers, perfiladores de turbulencia y otros equipos oceanográficos.


Se caracteriza por convertir los turnos de cualquier duración en turnos de 24 horas, pudiendo manisfestarse durante el sueño. Los síntomas que la caracterizan son altamente contagiosos y son los siguientes:

  • Imposibilidad de realizar cálculos sencillos

  • Distorsión de la realidad; incapacidad de distinguir la realidad de los sueños

  • Pérdida de la noción del tiempo

  • Levantarse aterrado mucho antes que el despertador, pensando que no ha sonado

  • Nerviosismo

  • Pesadillas sobre muestras arruinadas, filtros secos y rosetas que se adelantan sin aviso

  • Falta de apetito/apetito excesivo


Eddy colapsa y su fotógrafa parece estar a punto.


Para su tratamiento se recomienda el desarrollo de rituales diarios, que a su vez pueden ser colectivos e individuales, y que en base a mis observaciones cuidadosas en el último mes, consisten en su mayoría en lo que al inicio de nuestro viaje eran bonitas coincidencias, pero que ahora son tradiciones sanadoras e indispensables para la preservación de la cordura:

  • La congregación silenciosa para observar el asomo o la desaparición del sol, cada día sin falta

  • Escanear el horizonte en busca de pardelas, cetáceos o siluetas isleñas

  • Reunión post-turno en el salón, cuyo objetivo es la utilización de contenido audiovisual que no interesa como excusa para quedarse dormido

  • Untar mantequilla en pan tostado caliente, lenta y religiosamente

  • Inhalar el aroma del café frente al mar

  • Colocar etiquetas y preparar jornadas sin prisa y en silencio

  • Pegar un gritito de vez en cuando

  • Domingo de pinchos (solo una dosis a la semana)

  • Abrazos quebranta-espaldas

Por suerte, abordo tenemos todo lo que necesitamos para combatir los efectos de la enfermedad, la cual además tiene la peculiaridad de que, una vez pasada, se le extraña.




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