
Equipos cuadrupolo y Picarro para el análisis de agua del continuo.
Han pasado cinco años desde que embarqué por última vez en el Sarmiento de Gamboa. Aquella vez, en 2017, pude participar en dos campañas en las que fuimos a estudiar el frente de Cabo Verde, sin duda fue una experiencia muy enriquecedora y en la que aprendí un montón de cosas. Ahora, unos años después, vuelvo a tener la gran suerte de volver a embarcar y repetir esta fabulosa experiencia, esta vez para estudiar y caracterizar el campo de remolinos del sur de las Canarias. A pesar de los años que han pasado, nada más subir al Sarmiento me inundaron de repente todos los recuerdos y las mismas sensaciones de la otra vez, esto de subirse a un buque oceanográfico tiene algo de mágico, sabes que vas a pasar los próximos 30 días (o 40 en mi caso, que también hago los tránsitos desde Vigo) viviendo en la que será nuestra casa flotante durante toda la campaña. Me alegré mucho de ver algunas caras conocidas, de reencuentros con antiguos compis de campaña y feliz de conocer a toda la gente nueva.
Brazo automático automuestreador y caja de viales etiquetados.
Mi trabajo aquí consiste en la toma de muestras para analizar los isótopos estables del carbono orgánico e inorgánico disuelto, del nitrato y de los gases disueltos en el agua. Cogemos muestras tanto de la toma del continuo como de todas las profundidades que se escogen en la roseta. Las muestras las analizaremos una vez de vuelta en el laboratorio de Biogeoquímica de Isótopos Estables del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra en Granada, mediante espectrometría de masas. Solamente durante el primer transecto biogeoquímico ya llenamos cerca de 2800 viales, y en lo que llevamos de campaña (la mitad aprox.), la base de datos de muestras ya va por las 3400, eso significa etiquetar 3400 viales…Menos mal que cuento con la ayuda de la super etiquetadora (va a echar humo la pobre) y de mi sofisticado “Taburete Niskin®” homologado (ver foto) que me acompaña en cada muestreo. Ahora toca coger fuerzas y prepararse para el siguiente transecto. ¡A etiquetar se ha dicho!

Detalle del Taburete Niskin®.
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